viernes, 29 de junio de 2007

Nosotros


Bueno acá estamos, es el mejor año, ya terminamos, y la pasamos re bien, siempre hay algún que otro problemita, pero si no hay problemas no es un grupo de seres humanos que se quieren.
Han pasado ya seis años desde aquel primer momento en el que nos encontramos, con algunos más años, quizas desde la primaria, con otros nos conocimos en 7º grado, y a otros en el sendero camino.


Compartimos nuestras ideas y nuestros corazones. Juntos hemos recorrido un largo camino, en una parte del camino tropezamos, pero fuimos fuertes y nos volvimos a levantar, también hubo caminos hermosos de gran felicidad. Pasamos de la niñez a la comprometedora adolescencia. Año tras año nos quedaba el recuerdo de todo lo compartido, tantos momentos felices...
Pronto llegará la hora de despedimos, no va a hacer muy alegre ni satisfactorio, pero así es, terminamos un camino juntos, ahora nos tenemos que comprometer a seguirlo solo, es la hora de separemos, para que cada uno siga su meta, nos llevamos unas grandes amistades y el recuerdo
de todos.
Aprendimos muchas cosas juntos, pero sólo nos quedará una: hemos aprendido a querernos.
Estamos seguros que algo nuestro habrá quedado fijo en las paredes de las almas de cada uno de nosotros.
De alguna manera nos invaden cierto sentimiento. Nos despediremos... algo concluye, porque logramos lo que nos habíamos propuesto en esta etapa. Crecer más como personas!!! Nos llevamos la experiencia que construimos juntos y la certeza de haber compartido un aprendizaje que nos alentará para seguir buscando, que es seguir viviendo...


Cuento:
Había una vez un arbolito feliz. Entre sus ramas había pichones traviesos que jugaban y piaban todo el día.
El árbol concocía muy bien a todos y los querí
a,
los quería tanto...
Cuando hacía frío los pichones se acurrucaban entre sus hojas y si el sol estaba tibiecito, el árbol, moviendo sus ramas, les hacía dar saltitos invitándolos a jugar.
Pero un día, entre saltito y saltito, los pichones subieron la rama más alta del árbol y vieron un azul hermoso y un bosque lleno de otros árboles que no conocían.
Se dieron cuenta entonces que sus alitas habían crecido lo suficiente como para intentar volar. Un aleteo...y otro más...y por fin el cielo no pareció tan lejano. Uno a uno, los pichones se fueron volando. El árbol los miró partir con orgullo, porque entre sus ramas los h
abía cuidado durante mucho tiempo. Él sabía que en una tarde de lluvia los volvería a ver acurrucándose entre sus ramas, los recordaría siempre a cada uno de sus picho
nes.
Esa noche el árbol quedó sólo y vacío. A la mañana siguiente no sólo el rocío mojaba sus hojas....nadie se había dado cuenta que había llorado.
Aguante 3º "B" _ Soldado Carlos Mosto.
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jueves, 28 de junio de 2007

El desfile del 25

Se celebró en nuestro país uno de los hechos más importantes de nuestra historia: "la independencia Argentina", nuestra afirmación como Nación latinoamericana, la concreción de largos procesos iniciados el 25 de Mayo de 1810, y que se deben ir conquistando y manteniendo constantemente, como individuos y como pueblo.

Los organizadores suspendieron el desfile del 17 de agosto.
  • En la foto: acto del 25 de Mayo, en tercera fila alumnos de la institución desfilando con nuestra enseña patria, acompañados por dos profesoras. (Hacer click sobre la foto para ampliarla)

viernes, 22 de junio de 2007

Honrar a nuestros héroes


Carlos Mosto:
"Quizás es la hora en que llegue a conocer la cara de mi hermano enemigo..."
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La última carta del soldado que quería ser médico y murió en Puerto Argentino
"Perdoname por el papel y el lápiz con que te escribo, pero ha sido lo mejor que he conseguido. Pero creo que no interesa en estos momentos. He recibido tus telegramas con alegría. Pero con tristeza a la vez, por no saber más nada sobre vos y tu familia."
Carlos Mosto tenía los ojos verdes y el pelo muy rubio. Flaco y alto, con sus 23 años acababa de terminar la "colimba", que había hecho con prórroga por estudios. Estudiaba medicina en la Universidad Nacional de La Plata. Marchó como voluntario: ocupó el lugar de otro.
El 1° de junio le escribió a su novia por última vez.
"El otro que vive conmigo en el pozo (psicólogo) se casa ahora cuando vuelva. Deseo poder reunirnos algún día los 4. Te cuento que ayer cayó la primera nevada. Y pude apreciarla desde el pozo. La cosa está cada vez más fría. Yo logré conseguir por mi cuenta una bufandita y un gorro para ir tirando, ¡ah! y otro calzoncillo largo de abrigo. No es cuestión de pasar frío. Te digo que esto llega al final. Los tipos están acá en la isla, a 10, 12 km de nosotros, y se preparan para el final. Nosotros también. Quizás es la hora en que llegue a conocer la cara de mi hermano enemigo. (...) Quiero decirte que nunca sentí, ni voy a sentir odio hacia el inglés. (...) También rezo por ese inglés que quizás algún día se encuentre frente a mí".
En la Escuela Normal de Gualeguaychú, donde estudió su secundaria, hay un aula que lleva su nombre. Y también nuestra escuela y una calle (que antes se llamaba "Estados Unidos").
"No sé cómo será mi regreso, pero te puedo asegurar que es algo con lo que sueño despierto todos los días. No sabés cuánto lo ansío. Y cuánto lo espero. Este es el mejor verbo que conjugo: esperar, y también el de rezar. (...) Ayer me llegó una encomienda que me mandaron los viejos vía Gabriel con el Evangelio. Ahora me siento mucho más acompañado. Espero que cuando recibas esta carta, todo haya terminado. Para bien, por supuesto. Te mando un beso grandote. No me olvido de vos (...) Quiero que sepas que el 19 de junio, en tu cumpleaños, vas a estar más que nunca dentro mío. Y le pediré a Dios que pases un hermoso día. Imaginate el mejor regalo que pueda entregarte, y es tuyo. Después, me lo mandás a decir.
Carlos. P.D. ¿No te gustaría vivir en un pozo? Porque creo que después de esto, me hago uno en el patio de casa. Chau!
Carlos Mosto murió el 11 de junio en las afueras de Puerto Argentino.

jueves, 21 de junio de 2007

El inicio...




Todo acto natural se inicia con la gestacion de algo nuevo que se espera crezca con la fortaleza y la perfección que la misma desarrolla, con ese mismo motivo se inicia este ciber-espacio educativo, donde volcaremos todo nuestro quehacer cotidiano de nuestra institución que, cumpliendo su función social de educar, realiza en todo su ciclo y lo repite año año con el mismo tesón y la pasión que caracteriza a la tarea educativa llevada a cabo día a día en nuestras aulas.